La política es uno de los sectores donde la brecha de género es más visible y rígida en Uruguay.
Uruguay achica su brecha de género, pero todavía tiene sectores en los que la igualdad, en principio, de oportunidades, es un pendiente a resolver. La política es uno de esos sectores, por lo que la paridad se ha vuelto uno de los temas de este 8M, a partir del impulso parlamentario de una ley al respecto, junto con un estudio realizado por ONU Mujeres y Equipo Consultores.
En el 2018, el diagnóstico ya marcaba las dificultades que la democracia uruguaya consolidada tenía para alcanzar una verdadera igualdad entre hombres y mujeres en el plano de la política, muy marcada por la tradicionalidad a pesar de ser el país de la región “que otorgó más tempranamente los derechos políticos a las mujeres, sin ningún tipo de restricción”.
Casi seis años después, el escenario poco ha cambiado, según advierte ONU Mujeres, y la Ley de Cuotas no ha representado la transformación necesaria para Uruguay que actualmente ocupa el puesto 96 en el ranking global del Índice de la Unión Interparlamentaria (IPU), que mide la representación política de mujeres. Muy por detrás de otros países de la región como Chile (46), Costa Rica (8) o México (4).
Uruguay tiene uno de los parlamentos con menor participación femenina, con solo 23% de los lugares ocupados por mujeres. Y basta con ver el escenario electoral para la carrera presidencial de este año para advertir que la ausencia femenina se extiende hasta los puestos más altos de la política local: de las 18 precandidaturas confirmadas, apenas cuatro están encabezadas por mujeres, dos por el Partido Nacional —Laura Raffo y Roxana Corbran—, una por el Frente Amplio —Carolina Cosse— y una por el Partido Colorado — Carolina Ache.