Los colorados comenzaron con esperanza y a ritmo de cumbia, pero el día terminó en Plaza Varela con su fórmula relegada a un segundo plano.
Agridulce, tranquilo y medido. Así se sintió el ánimo al final de la noche de este domingo 27 de octubre afuera del hotel Hilton Garden Inn, en donde poco más de cien militantes acompañaron a la fórmula colorada luego de una votación que le daba al histórico partido entre un 15,5% (Equipos) y un 16,6% (Opción), según las primeras cifras de las consultoras.
“El porcentaje es más bajo que el de Bordaberry en 2009”, recordó un diputado tras bambalinas, en referencia a que, en la primera vuelta de ese año, el entonces candidato a presidente y ahora electo otra vez al Senado, Pedro Bordaberry, había recogido, en el conteo final de la Corte Electoral, el 17% de los sufragios.
Con estos números, de todos modos, el PC crecerá en el entorno de unos tres puntos porcentuales frente a 2019 y obtendría 17 diputados y cinco senadores, de acuerdo con los datos primarios procesados hasta el momento.
Pero todo comenzó con expectativa y alegría en Buceo. “Creo que fuimos lo único entretenido y, si la campaña no fue un embole, fue por nosotros”, afirmaba antes de anochecer en rueda de prensa el candidato presidencial, Andrés Ojeda, con el tono seguro y plantado que lo caracterizó durante toda la campaña.
El candidato a vicepresidente Robert Silva, por su parte, aventuraba un rato después “una sorpresa”, aunque consultado sobre a qué se refería, matizó que apuntaba a la “participación”. “Con mucha gente trabajando, militando, con entusiasmo”, desarrolló.
Afuera del hotel, a las 20:00 horas, la banda de cumbia Vi-Em calentaba el ambiente. Allí, sobre la calle Luis Bonavita (atrás del Montevideo Shopping), cortada con la notoria pretensión de una presencia más abultada de gente, algunas decenas de militantes bailaban y cantaban.
Desde temprano y hasta el final del discurso de Ojeda sobre el escenario, que llegó pasadas las 22:30 horas, había grandes espacios vacíos entre las vallas dispuestas en ambos extremos de la calle frente al Hilton.
Sabor amargo
María, Karina, su madre, y su bebé de cuatro meses fueron de los pocos que llegaron temprano a la cita: a las 18:00 horas ya estaban ahí.
En un principio, de acuerdo con el equipo de campaña de Ojeda, el presidenciable saldría a hablar públicamente luego de conocerse los primeros datos de la proyección de escrutinio de las consultoras, a las 20:30 horas.
A esa hora Silva dialogaba con la prensa adentro del hotel, cuando, junto con otros dirigentes, como el diputado Felipe Schipani, fue llamado a reunirse con los restantes integrantes del PC en otro piso para esperar el resultado preliminar sin periodistas cerca.
Pasadas las 21:50 horas uno de los líderes de su equipo de comunicación admitía a Montevideo Portal que no sabía qué haría Ojeda: ni cuándo ni dónde pronunciaría sus primeras palabras públicas luego de conocer los resultados primarios.
Afuera, María, con su bebé en brazos, decía a Montevideo Portal que sentía un “sabor amargo en boca” ante la votación. “Esperaba un mejor resultado para Ojeda, porque se escuchaba decir en la calle que, si pasaba Ojeda, íbamos [por la coalición] a ganar”, planteó. “Siento que también nos pasaban encuestas erróneas”, agregó.
Karina, militante del PC “desde siempre”, coincidió con lo “amargo” del resultado, aunque acotó que “era un poco lo esperando” porque el candidato colorado “es alguien nuevo”.
Cuestión de expectativas
Gustavo y Federico, quienes se conocieron militando en el PC “hace varios años” fueron un poco menos drásticos con sus palabras. “Uno siempre quiere ganar, para eso milita, y esperábamos tal vez algún voto más, pero el partido creció, así que las expectativas son buenas”, manifestó el joven que llevaba una bandera del PC en su espalda.
Su amigo de partido estuvo de acuerdo y afirmó que las encuestas los tenían “un poco más endulzados”.
“El Partido Colorado es sinónimo de gobierno y sinónimo de Uruguay: lo bueno y lo malo que tiene este país, quieran o no, fue generado por el PC”, consideró.
“Quería venir para ver el resultado y vine porque siento que este es el único partido, junto al Partido Nacional, que no está a favor de Palestina. Esa es básicamente la razón por la que vine”, expresó.
Para el joven “seguramente” en el búnker del Frente Amplio iba a haber banderas de Palestina. Y, de alguna manera, quiso, aseguró, dar “la batalla cultural”. “La gente ve la bandera de Palestina y piensa que eso es lo que está bien, pero nosotros estamos acá para mostrar que hay gente también del otro lado que está bancando el lado correcto de la historia”, apuntó.
Para él, Uruguay debería tener una postura “más cercana a Israel” como la que tiene el gobierno de Javier Milei en Argentina.
Finalmente, llegó el momento más esperado por todos los presentes. Y los militantes empezaron a gritar: “Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremo’ a ser gobierno, como la primera vez”.
Así, Ojeda y Silva salían por fin.
El primero ofició de vocero, mientras que el segundo, enfundado en una bandera de Uruguay, sonreía y aplaudía.
En el discurso “escueto”, como lo calificó luego la politóloga Fernanda Boidi en su análisis trasmitido por Subrayado (Canal 10), Ojeda habló de la “increíble votación” del PC. “Le dimos una buena lección a la política”, consideró.
“Nunca nos imaginamos que hoy estaríamos consolidando casi un 40% de la coalición republicana”, enfocó y llamó a todos los presentes a dirigirse a la Plaza Varela.
Allí, el abogado aparecería sobre otro escenario, esta vez en silencio. De brazos cruzados, asintiendo en algunas partes e interrumpiendo su postura corporal para aplaudir, se vio a un Ojeda mucho menos protagónico.
Ojeda se ubicó atrás de la fórmula nacionalista, a la izquierda del candidato del Partido Independiente, Pablo Mieres, y a la derecha del candidato de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos. Ojeda, el mismo que días atrás hacía campaña paga con una encuesta que lo daba a un punto porcentual del candidato nacionalista. Ojeda, quien se jactaba de ser el mejor para darle batalla al FA. Ese Ojeda, este domingo pasó a un segundo plano.
La sonrisa con dientes le volvió cuando el triunfador de la noche Álvaro Delgado, quien representará a la coalición como presidenciable en el balotaje, invitó a subir al estrado a los compañeros de fórmula de los socios de la coalición y la de Eduardo Lust.
Silva y Ojeda compartieron un abrazo acalorado, pero en la segunda línea. Una escena que reflejó el ánimo colorado: agridulce, tranquilo y medido.